La digitalización se considera una panacea para mejorar los resultados de la atención sanitaria. Ofrece la promesa de una atención más eficiente y eficaz, así como un mejor acceso a los servicios por parte de quienes más los necesitan. La implementación de la tecnología digital también conducirá a primas de seguro médico más bajas o asequibles al reducir los costes administrativos, aumentar la transparencia y la responsabilidad, y facilitar a los proveedores la facturación a los pacientes. Todos estos son objetivos loables que deberíamos intentar alcanzar en la era digital. El reto es: ¿cómo lo conseguimos? La digitalización seguros de salud es una de las muchas estrategias o tácticas posibles que pueden utilizarse para intentar garantizar que todas las personas tengan acceso a una atención y unos servicios de alto valor y rentables en todos los entornos y sectores. La aplicación de cualquier estrategia requiere una cuidadosa consideración de sus inconvenientes y limitaciones para que no acabemos repitiendo errores del pasado en lugar de avanzar hacia el futuro.
¿Qué es la digitalización?
La digitalización es una estrategia que pretende hacer más eficientes y eficaces los procesos y sistemas sanitarios existentes mediante el uso de la tecnología digital. Algunos ejemplos de procesos digitalizados son la toma de decisiones clínicas, la coordinación de la atención, la prestación de cuidados y la gestión de la información sanitaria. Algunos ejemplos de sistemas digitalizados son las historias clínicas electrónicas (HCE) y los sistemas informatizados de pedidos de los médicos (CPOS). La digitalización no es lo mismo que la informatización, que es la sustitución de los procesos en papel por otros informatizados. La informatización es un término más amplio que abarca tanto la digitalización como una amplia gama de otras estrategias y tácticas.
Por qué es importante entender las limitaciones de las estrategias digitales
Muchos de los beneficios potenciales de la digitalización son el resultado de la reutilización de los procesos y sistemas sanitarios existentes, con la ventaja añadida de poder utilizar la tecnología digital para mejorar su calidad y eficiencia. Esto puede suponer un importante ahorro económico para los sistemas sanitarios. Sin embargo, para que cualquier estrategia sea efectiva, hay que tener en cuenta qué ocurrirá si no tiene un contexto y unas condiciones de apoyo adecuadas. ¿Cuáles son las limitaciones de la digitalización? En primer lugar, la adopción de la digitalización no es una bala de plata. Es sólo un componente para mejorar la calidad, la eficiencia, la equidad y la eficacia de la atención sanitaria. Es importante que los sistemas sanitarios utilicen otras estrategias y tácticas junto con la tecnología digital para mejorar los resultados sanitarios.
El lado negativo de la digitalización: los resultados y el valor humano
Con la digitalización, los sistemas sanitarios pretenden mejorar la calidad de la atención prestada mediante el uso de herramientas de apoyo a la toma de decisiones clínicas y la integración de la información sanitaria en todos los entornos asistenciales. Sin embargo, a menudo la calidad de la atención sigue siendo la misma porque otros factores, como el acceso a la atención, se han vuelto más difíciles para los pacientes. En lugar de intentar mejorar la calidad de la atención, muchos sistemas sanitarios centran sus esfuerzos en reducir los costes. Lamentablemente, aunque los costes pueden reducirse mediante la digitalización, ello no conduce necesariamente a mejores resultados sanitarios. Centrarse únicamente en la contracción de los costes sin prestar atención al valor de la atención que se presta parece ser un escollo común cuando se invierte en iniciativas de digitalización. El segundo inconveniente de la digitalización es que puede producir datos que no sean precisos o completos. Esto, a su vez, puede llevar a la creación de silos de datos que son difíciles de cambiar y pueden crear potencialmente barreras a la atención.
Digitalización para obtener valor: casos de uso y consideraciones apropiadas.
La transformación digital de la atención sanitaria puede ser una estrategia importante para algunos sistemas sanitarios, pero no es la mejor estrategia para todos. Por ejemplo, en algunas partes del mundo existe una necesidad crítica de hacer que los sistemas sanitarios sean más eficientes y eficaces. En estas situaciones, la digitalización puede ser justo la estrategia que se necesita. Uno de los retos de la digitalización es que puede llevarse a cabo de una manera que no considere ni tenga en cuenta todo el valor de la salud humana. Si este es el caso, se pueden perder esas oportunidades de mejorar los resultados sanitarios. Es esencial comprender las limitaciones de las estrategias digitales que se están desplegando y asegurarse de que el valor de la atención se tiene plenamente en cuenta.
Conclusión
La digitalización es una tendencia apasionante tanto para los proveedores como para los pacientes, especialmente en Estados Unidos, donde los costes de la atención sanitaria aumentan a un ritmo alarmante. Sin embargo, debemos tener cuidado de no subirnos al carro digital sin considerar cuidadosamente sus limitaciones. Si no lo hacemos, podemos acabar con sistemas digitales que no aprovechen plenamente su potencial y que no tengan en cuenta el valor de la salud humana. Si esto ocurre, no conseguiremos aprovechar todo el potencial de las tecnologías y estrategias digitales. Tenemos que centrarnos en las formas en que podemos mejorar realmente la calidad de la atención que prestamos. Esto requerirá una mayor colaboración entre los proveedores y el uso de la tecnología para mejorar la coordinación de la atención entre los diferentes proveedores, aumentar el acceso a la atención y garantizar que los pacientes tengan un acceso fácil y conveniente a su atención médica.