Cómo diagnosticar y tratar las infecciones del tracto urinario

Las infecciones de orina son comunes y pueden ser frustrantes. Diagnosticar el origen y tratar la infección son dos retos diferentes para todos los que tienen una vejiga. Las bacterias de la orina producen unos compuestos naturales denominados prostaglandinas que hacen que la orina fluya más fácilmente. Si los riñones hacen su trabajo correctamente, estas sustancias químicas deberían salir del cuerpo de forma segura a través de la orina. Por desgracia, no todas las personas tienen riñones sanos o buenos sistemas de drenaje. Cuando esto ocurre, el resultado es la uretritis, una inflamación de la bolsa de la vejiga asociada a una infección de orina. Las infecciones del tracto urinario producidas por prostaglandinas también se conocen como infecciones de la vejiga mediadas por prostaglandinas o simplemente ITU. Afortunadamente, hay cosas que puede hacer para ayudar a diagnosticar y tratar una ITU, así como otros tipos de problemas de la vejiga. Siga leyendo para saber más sobre cómo identificar y tratar eficazmente una ITU.

¿Qué es una infección del tracto urinario?

La infección del tracto urinario es una afección en la que las bacterias de la vejiga provocan una inflamación y una cicatrización que, a su vez, impide la exhalación natural de bacterias y toxinas del cuerpo. Esta inflamación puede ser local (dentro de la vejiga) o sistémica (extendida por todo el cuerpo). Las infecciones bacterianas en el sistema urinario suelen deberse al crecimiento excesivo de bacterias en la vejiga y/o a la infección por otro tipo de bacterias. Sin embargo, algunas infecciones también pueden deberse a afecciones como la cistitis (acumulación de gas y líquido maloliente en la vejiga) o a cálculos en el tracto urinario.

Cómo diagnosticar y tratar una infección urinaria

La mayoría de las infecciones del tracto urinario se diagnostican examinando una muestra de orina. El médico examinará la orina y utilizará un análisis de orina para detectar bacterias. Un análisis de orina positivo indica que la infección está localizada en la vejiga. Un análisis negativo significa que la infección no está localizada en la vejiga. El médico también examinará el sistema genitourinario (GYN) de la mujer para descartar afecciones como las infecciones de transmisión sexual (ITS).

Cómo determinar el origen de una infección

Si la infección se encuentra localizada, en el útero o en el intestino, el médico puede aspirar (introducir un dedo o una aguja) la infección para averiguar dónde se encuentra. El cultivo del líquido es otro método utilizado para determinar el origen de la infección. Sin embargo, esto no siempre es fiable, y algunas infecciones pueden transmitirse como S.A.C.E. Si la infección es sistémica, el médico puede analizar la sangre del paciente para detectar la presencia de bacterias. La prueba puede realizarse mediante un hisopo en el interior del brazo o la pierna con un procedimiento especial de cultivo-subcultivo.

Cómo tratar una infección del tracto urinario

Por desgracia, el tratamiento de una infección del tracto urinario sólo tiene éxito si la infección se diagnostica y se trata a tiempo. Cuanto antes se reconozca la infección, menos probable será que el organismo pueda combatirla con éxito. Existen varios tratamientos que pueden utilizarse para todos los tipos de infecciones de la vejiga, pero el más eficaz contra las infecciones prolongadas y recurrentes es la azitromicina. También pueden utilizarse otros tipos de antibióticos para tratar las infecciones bacterianas agudas, incluidos los que se dirigen a bacterias específicas, como la claritromicina o el metronidazol. Si la infección se complica con una pielonefritis (inflamación de los riñones), es probable que el médico prescriba un medicamento antirretroviral como el abacavir o la lamivudina.

Protocolo de Provenza para el cuidado diario de la vejiga

El tratamiento recomendado para las infecciones urinarias bacterianas agudas es un régimen de tres medicamentos. El primero es un preventivo de espiroquetas como la ciprofloxacina (Cipro), un antibiótico que puede prevenir la infección bacteriana. El segundo es un β-lactámico, que puede utilizarse para tratar la infección. Y el tercero es un antiinflamatorio de amplio espectro, como uva-lix o medrysin. Por desgracia, muchas mujeres no toman estos medicamentos tal y como se les ha recetado. Algunas mujeres dejan de tomar los comprimidos naranjas porque no les gusta el sabor o no se dan cuenta de lo importante que es tomar los comprimidos todos los días. Otras no se dan cuenta de que deben tomar los comprimidos a diario porque han estado tomando un medicamento antiinflamatorio como el paracetamol (Tylenol) durante varios días o semanas.

Resumen

En muchos casos, las infecciones bacterianas del tracto urinario pueden tratarse con éxito con tres medicamentos diferentes. Sin embargo, las infecciones complicadas, como las causadas por la pielonefritis o las infecciones genitourinarias, pueden requerir tratamientos más avanzados. Estos tratamientos suelen ser complejos y de larga duración, como los utilizados para las enfermedades malignas. La principal ventaja de estos tratamientos es que pueden utilizarse a largo plazo, aunque la infección se produzca cada uno o dos meses. Sin embargo, no están exentos de inconvenientes. Por ejemplo, el uso de azitromicina a largo plazo se ha asociado a un mayor riesgo de melanoma. Además, el uso de estos tratamientos también se ha asociado a un mayor riesgo de depresión mayor.

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